Cuando se juega un partido importante, como sería acá un Peñarol-Nacional, por ejemplo, se traen dos corderos y los degüellan en un costado de la cancha. Todos los jugadores tenemos que pisar la sangre que corre y muchos de ellos también se la pasan por la frente. Se supone que es para la buena fortuna. Matar los corderos trae suerte para ganar el partido. "Bueno, después los vamos a comer, pensé yo la primera vez que lo ví. Pero no, los matan sólo para la buena suerte".
(GERARDO "Karibito" MORALES, jugador uruguayo del club Mes, de la ciudad de Kerman, contando sus vivencias en el fútbol iraní. Publicado el 8/1/08 en el diario "El País" de Montevideo)
(GERARDO "Karibito" MORALES, jugador uruguayo del club Mes, de la ciudad de Kerman, contando sus vivencias en el fútbol iraní. Publicado el 8/1/08 en el diario "El País" de Montevideo)
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