27 de junio de 2008

En Diciembre de 2000, contra el Everton, el delantero italiano Paolo Di Canio, del West Ham, se encontraba solo frente a la portería vacía al recibir un centro. En lugar de marcar fácilmente el que habría podido ser el gol de la victoria (ambos equipos iban empatados 1-1), Di Canio atrapó el balón con las manos. ¿El motivo? El portero de los "Toffees," Paul Gerrard, se lesionó de gravedad en la jugada, y el punta del West Ham se negó a aprovecharse de la situación.
El que fuera capitán del Lazio, más acostumbrado al capítulo de los gestos feos durante su carrera, recibiría en 2001 el Premio Fair Play de la FIFA por su comportamiento ejemplar en Goodison Park.

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