19 de junio de 2008


Diego Maradona es un personaje único. No hay otra figura que genere la popularidad y la excitación que él provoca. Me siento muy afortunado porque me abrió su corazón. El sabía que yo no haría nada en su contra. Muestro todas las facetas de su personalidad, lo que hizo en el pasado con las drogas y su relación de hoy con su familia. Muy pocos saben cómo es Maradona en realidad. Se lo conoce como un excéntrico jugador de fútbol pero yo lo muestro como un ser humano.

¿Cuál fue el desafío más grande a la hora de hacer el documental?

Todo fue muy excitante. Muchas veces no pude ni siquiera verlo porque él estaba en otro lugar. Eso me dio la idea de introducirme a mí mismo en el filme y experimentar lo que es estar cerca de una leyenda. Comparando sus raíces con las mías fue el mejor modo de reconocerme a mí mismo. Estar donde él nació fue un gran desafío.

¿Qué es lo que más te gusta del documental?

La libertad con la que él dice lo que piensa. Es inusual tener a una estrella del fútbol hablando de política, de los capítulos más controvertidos de su vida y terminar en una discoteca, como lo hicimos, en Cocodrilo. Nunca ví nada igual. Bucear por los espacios de Diego, ésa fue la cuestión. Aun cuando la leyenda se iba agigantando por alguna agenda incontrolable o los destiempos que manejan la vida de Maradona, que hoy está y mañana, quizás. Pero siempre bajo el signo de lo inconmensurable. Por caso, volver a Nápoles, ciudad donde gobierna sin otro cetro que la pasión de sus tifosi, fue un punto alto. Diego regresaba para el partido despedida de su amigo, Ciro Ferrara. Pero la ciudad, el estadio San Paolo, escenario de sus más hermosas proezas con la número cinco, se eclipsaron con su sola presencia. Todos querían tocarlo, abrazarlo... El estadio hervía a fuego lento. "Ho visto Maradona..." fue el canto sinfín por las calles bendecidas por la sangre de San Genaro.

(EMIR KUSTURICA, cineasta bosnio, sobre el protagonista de su documental Diego Maradona -recientemente presentado en Cannes-, en declaraciones a la revista argentina "Viva" del 8 de Junio de 2008)