Un cuarto de hora antes del inicio de un partido del Liverpool en Anfield, no había ni rastro en el vestuario de su peculiar, carismático y genial entrenador, Bill Shankly, y los jugadores comenzaban a mirarse extrañados y algo inquietos. De repente el técnico escocés irrumpió en él con la camisa rota, la corbata mal anudada, la chaqueta del traje colgando, su pelo enmarañado… Los jugadores, alarmados, le preguntaron:
- Qué le ha pasado, jefe?
- Nada, he estado en ‘The Kop’ con los chicos un rato.
A Shankly, que era un mito viviente en Liverpool, no se le había ocurrido otra cosa que ir a la grada más popular y populista de Anfield Road y dejarse abrazar, zarandear y agasajar por sus 28.000 aficionados. “Y le encantaba!”, recuerdan sus jugadores.
(anécdota contada por Peter Thompson, ex delantero del Liverpool en los años 60 y 70)
- Qué le ha pasado, jefe?
- Nada, he estado en ‘The Kop’ con los chicos un rato.
A Shankly, que era un mito viviente en Liverpool, no se le había ocurrido otra cosa que ir a la grada más popular y populista de Anfield Road y dejarse abrazar, zarandear y agasajar por sus 28.000 aficionados. “Y le encantaba!”, recuerdan sus jugadores.
(anécdota contada por Peter Thompson, ex delantero del Liverpool en los años 60 y 70)
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