Pelé era Pelé y Maradona uno y basta. Di Stéfano era un pozo de picardía.
Honor y gloria a quienes hicieron brillar el sol de nuestro fútbol de cada día. Todos tienen sus méritos; a cada quien lo suyo, pero para mí ninguno como Kubala. Se ruega al respetable silencio, que para quienes no lo han gozado diré cuatro cosas: La para con la cabeza, la baja con el pecho, la duerme con la izquierda, cruza el medio campo con el esférico pegado a la bota, se va del volante y entra en el área grande rifando la pelota, la esconde con el cuerpo, empuja con el culo y se sale de espuela. Se mea al central con un tuya mía con dedicatoria y la toca justo para ponerla en el camino de la gloria.
Viva el conocimiento y la alegría del juego adornada con un toque de fantasía. Fútbol en colores, bocado de 'gourmet', encaje de ganchillo, canela fina. La para con la cabeza, la baja con el pecho, la duerme con la izquierda, cruza el medio campo con el esférico pegado a la bota, se va del volante y entra en el área grande rifando la pelota, la esconde con el cuerpo, empuja con el culo y se sale de espuela. Se mea al central con un tuya mía con dedicatoria y la toca justo para ponerla en el camino de la gloria.
Permitidme glosar la gloria de estos hechos como hacían los griegos años atrás con la alegría de quien ha jugado a su lado y lleva su retrato en la cartera. La para con la cabeza, la baja con el pecho, la duerme con la izquierda.
Desde Ayacucho, Argentina, un humilde homenaje a esa gran protagonista del juego traducido en cuentos, frases y anécdotas.
Sabiamente la definió el viejo maestro Ángel Tulio Zoff, "lo más viejo y a su vez lo más importante del fútbol".
Soy madridista pero ello no me impide reconocer en Kubala un jugador magnífico y un rival encomiable, pero sobre todo un tipo sensacional.
ResponderEliminarUn par de anécdotas sobre él. Bernabéu tenía hecho su fichaje por el Madrid, pero el jugador quería que lo entrenase su cuñado Daucik. Como el mítico presidente merengue se negó, Ladislao fichó por el Barça. Eso sí, Don Santiago nunca fue rencoroso y mantuvo una buena amistad con Kubala, tanto que usó sus influencias para ayudar a la familia de éste en su salida de la militarizada Hungría.
Por otro lado, Kubala hizo crecer tanto la afición por el Barça en la Ciudad Condal que los culés tuvieron que dejar los terrenos de Les Corts para mudarse al nuevo y remozado Camp Nou, para así dar cabida a los miles de fanáticos del inigualable delantero magiar (aunque me sigo quedando con Puskas jaja).
Un saludo!
En un mundo tan mezquino y con tanto rencor por tonterías, tus hermosas anécdotas son una brisa de aire fresco.
ResponderEliminarGracias por ello.
Un saludo cordial