En la primera práctica de fútbol que tuve en el Palmeiras había muchísima gente. Yo era un poco la atracción, porque era el nuevo. Y eso me había descontrolado un poco desde lo anímico, mi iba a los costados, estaba jugando muy desprolijo porque quería demostrar todo junto.
En eso voy a presionar a uno de los suplentes, que se llamaba Paulo Isidoro, un negrito así chiquito que cuando corría no tocaba el piso. Voy a apretarlo y el tipo salió pisándola para atrás y mi metió un caño espectacular. Y la gente de afuera empezó con el “ole”. Entonces empecé a meter pierna fuerte y a ganar todas las pelotas divididas. Al rato, el entrenador Valdir Espinosa me llama y me dijo: "¿Usted juega siempre así?" Sí -le dije. "Entonces, va a ser ídolo en este club en quince días". Y ahí jugaban Cafú, Roberto Carlos, Zinho...
En eso voy a presionar a uno de los suplentes, que se llamaba Paulo Isidoro, un negrito así chiquito que cuando corría no tocaba el piso. Voy a apretarlo y el tipo salió pisándola para atrás y mi metió un caño espectacular. Y la gente de afuera empezó con el “ole”. Entonces empecé a meter pierna fuerte y a ganar todas las pelotas divididas. Al rato, el entrenador Valdir Espinosa me llama y me dijo: "¿Usted juega siempre así?" Sí -le dije. "Entonces, va a ser ídolo en este club en quince días". Y ahí jugaban Cafú, Roberto Carlos, Zinho...
(ALEJANDRO MANCUSO, ex jugador argentino, recordando su paso por el fútbol de Brasil allá por 1994)
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