Zumban las voces en la tarde última.
Italos cantan en la galería
nazi una vez, fascista todavía.
Es en venganza por la estirpe única
de tus ancestros de daga y túnica.
Invicto Aníbal, cuya valentía
no dudó ante una Roma que temía
en el combate, a la fiereza púnica.
Zama fue la batalla, y la derrota
impuso sus rigores al aciago
destino de los hombres y la flota.
Ala soberbia, magnífica Cartago,
no la olvidó la gloria. La pelota
en soledad sueña con vos, el Mago.
Italos cantan en la galería
nazi una vez, fascista todavía.
Es en venganza por la estirpe única
de tus ancestros de daga y túnica.
Invicto Aníbal, cuya valentía
no dudó ante una Roma que temía
en el combate, a la fiereza púnica.
Zama fue la batalla, y la derrota
impuso sus rigores al aciago
destino de los hombres y la flota.
Ala soberbia, magnífica Cartago,
no la olvidó la gloria. La pelota
en soledad sueña con vos, el Mago.
(publicado en "Página 12", del martes 11 de Julio de 2006)
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