18 de abril de 2008

Argentino Geronazzo (Argentina)


Argentino Geronazzo se inició en las inferiores del club Vélez Sarsfield como volante central en donde llegó a jugar en Primera División. En el equipo de Liniers jugó desde 1952 a 1954, 13 partidos y convirtió 13 goles. Luego pasó al Nápoli de Italia y sin escalas recayó en el Argentino de Quilmes en 1958.

Integró el plantel del "Mate" de 1958 y 1959 que disputó el Torneo de la 2ª División de Ascenso. Con la celeste y blanca jugó 28 partidos y marcó 1 gol (el 9 de Mayo de 1959, frente a Flandria en Cancha de Quilmes en el triunfo Mate por 4 a 2).
Cabe destacar que Argentino de Quilmes, tanto en la temporada 1958, como en 1959 obtuvo consecutivamente el subcampeonato de la 2ª División de Ascenso.

Lo cierto es que Argentino Geronazzo trascendió en el mundo del fútbol como entrenador. Fue un técnico innovador en sus tiempos, con inquietud por la táctica, fue uno de los primeros que comenzó a pensar en el rival, por eso mandaba a espiar a los equipos contrarios, algo totalmente desusado por aquel entonces. Dirigió numerosos equipos de Primera, trabajó en el Cuerpo Técnico de la Selección Nacional encabezado por Osvaldo Zubeldía en 1966 y armó el equipo de Chacarita Jrs. que obtuvo el campeonato Metropolitano 1969 pero dejó el cargo poco antes que finalizara el certamen.

Además, se convirtió en uno de los grandes teóricos del fútbol ya que es autor de varios libros sobre técnica y táctica del balompié. Entre los títulos más conocidos se encuentra “Táctica y Estrategia del Futbol” escrito en coautoría con Osvaldo Zubeldia.

Pero sin duda, Geronazzo ha sido un personaje singular y sus anécdotas lo pintan de cuerpo entero. Tal es así que en una oportunidad, el hombre sintió que el fútbol lo tenía cansado y entonces decidió que sólo iba a dirigir en clubes que estuvieran en un radio no mayor a 30 cuadras de su casa para poder dormir la siesta. Entonces tomó un mapa de Buenos Aires y con un compás trazó un círculo de treinta cuadras de radio, haciendo centro en su domicilio. Cada vez que lo venían a ver, consultaba el mapa. Si alguien lo tentaba y estaba a más de la "distancia mínima” le agradecía a los dirigentes y les decía “Lo siento, pero no puedo aceptar”, sin dar más detalles.

Eran famosos sus desplantes y respuestas descabelladas. En una ocasión, un interventor de la Asociación del Fútbol Argentino lo tentó telefónicamente para hacerse cargo de la Selección Nacional. Sin rodeos, Geronazzo le dijo “No doctor, por favor, charlemos otro día y a otra hora... Es que en ese momento estaba haciendo la siesta”.

A raíz del título que Chacarita obtuvo en el 69 y siendo el factótum de aquel palmar, un periodista le preguntó a Argentino Geronazzo sobre la receta del éxito. A lo que el DT contestó "La primera vez que los vi me dije… Ningún equipo puede jugar bien si tiene más de 30% de bobos...bajé el porcentaje y fuimos campeones..."

Otra de Geronazzo. Dirigía a Chacarita en una jornada en que su equipo jugaba en forma horrible. Al finalizar el Primer Tiempo encaró a los jugadores. Les pidió que se calmaran y para sacarles tensiones les dijo que jugaran tranquilos “para divertirse”. E insistió “No les pido que ganen sino que traten bien la pelota y procuren reivindicarse del desastre que hicieron en la primera parte. Nada de apretar los dientes, quiero que se suelten, que jueguen”. Al dejar el vestuario para ir a la cancha se cruzaron con el presidente del club que, para alentarlos les gritó “Vamos Chaca, garra y corazón”. Geronazzo lo increpó indignado y le preguntó “¿Quién es usted para darle instrucciones a los jugadores?”. El sorprendido dirigente le contestó: “No les di instrucciones, sólo les dije que pusieran corazón”. “Justamente -replicó el técnico- es todo lo contrario a lo que les pedí yo”.
Geronazzo fue un personaje sin par y es innumerable la cantidad de ocurrencias y anécdotas que lo tuvieron como protagonista, aquí enumeramos algunas de las más conocidas:

Un día lo llamaron de Independiente de Avellaneda, era un día muy caluroso y Geronazzo fue en camisa. Conversó en la sede con la comisión directiva y a los dos o tres días uno de los dirigentes le comunica que no lo van a contratar. Geronazzo preguntó el motivo. "Y... no lo vamos a contratar porque usted vino a la reunión en mangas de camisa...", explicó el dirigente Y Geronazzo respondió: "¿Cómo querían que fuera? ¿Con saco, corbata y sobretodo?"

Posteriormente estuvo como técnico en Independiente, le faltaban elementos, todos los días Geronazzo reclamaba lo que necesitaba. Especialmente, veinte pelotas para entrenamiento. Siempre le daban diez. Vuelta a reclamar. Y vuelta a darle las mismas diez. Un día se cansó. Agarró las diez pelotas, las pateó a las vías del ferrocarril y se fue. Nunca más apareció por el club.

Se hizo cargo de la AFA el doctor Porri. Y antes de llamar a Pedernera para que tomara la selección, en vísperas de las eliminatorias del último mundial, lo llamó a Geronazzo. Eran las dos de la tarde. Geronazzo atendió el ofrecimiento, que habría enloquecido a cualquier técnico, y le contestó: "No, doctor, por favor... Conversemos otro día y a otra hora. En este momento estoy haciendo la siesta..."

Geronazzo dirigió a Gimnasia. Perdieron un partido en La Plata y antes de salir del vestuario les avisaron a Geronazzo y a los jugadores que afuera los esperaba una barra brava. El técnico hizo entonces una invitación: "Muchachos, sólo nos puede salvar una cosa. Salgamos todos juntos y les damos una buena tunda...". Dicho y hecho. Geronazzo salió al frente seguido por sus jugadores y corrieron a los hinchas a lo largo de varias cuadras...

Otra vez, los hinchas “triperos” lo siguieron hasta la estación de La Plata y al verlo solo lo rodearon. Ellos no sabían que Argentino Geronazzo estudió karate. Lo supieron cuando se puso de espaldas a la pared, empezó a meter planazos y comenzaron a volar hinchas...

Dirigía a Deportivo Morón y un día les anunció a sus jugadores: "Esta semana se portaron mal y están todos sancionados. Como castigo van a tener que jugar contra Estudiantes de La Plata...". Los "pincharratas" se estaban preparando para una final de Copa y Zubeldía le había pedido el equipo para un partido de entrenamiento...

Geronazzo estaba en Chacarita y lo fue a ver un jugador para pedirle un permiso especial después de un partido. En vez de volver el martes al entrenamiento, quería tomarse un día más y volver el miércoles. "Como no", le dijo Geronazzo, "vaya. Y no vuelva más..."

Una tarde que Chacarita protagonizaba un encuentro muy malo se fue de la cancha. Recién apareció cuando terminó el partido. Otra vez que Chaca jugaba por el promocional contra un equipo sanjuanino, viendo que el partido era muy aburrido, se acostó a dormir en el banco de los suplentes...

Fuentes bibliográficas

- Argentino de Quilmes: 100 años de fútbol criollo. Raúl Herrera. Editorial "Tiempo Sur"
- Sitio web no oficial del club Argentino de Quilmes "Unidos por el Mate"
- ABC del Ascenso de Olé - Tomo 3
- Sitio oficial de la Asociación del Fútbol Argentino
- Revista “El Gráfico” Nº 2106 (03/02/1960)
- Revista “El Gráfico” Nº 2731 (08/02/1972)

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