El ascenso argentino llora la muerte de Darío Dubois Fuente: Agencia Télam (17/03/08)
Darío Dubois, ex futbolista de varios clubes de ascenso, falleció hoy a causa de las hemorragias internas que se produjeron en su cuerpo, luego de haber sufrido un asalto a principios de mes.
El ex zaguero central de Yupanqui, Lugano, Ferro Carril Midland, Deportivo Laferrere, Deportivo Riestra, Cañuelas, Deportivo Paraguayo y Victoriano Arenas, entre otros clubes, murió esta mañana en el hospital Paroissien del partido de La Matanza, en el que estaba internado desde hacía casi diez días. En total jugó 146 partidos y anotó 13 tantos.
Dubois, de 37 años, no pudo recuperarse de las heridas sufridas en un ataque del que fue víctima una noche de principios de mes por delincuentes que lo balearon en una de sus piernas y en el estómago, luego de haber abandonado una sala de recitales en la localidad de Isidro Casanova, donde se desempeñaba como sonidista para ganar su sustento diario.
Es que la historia de este singular personaje del ascenso argentino (jugaba con la cara pintada, al estilo músicos de Kiss, para dar cuenta de su fanatismo por el black metal) no dio para las primeras planas de los diarios. La suya fue la típica vida de "un laburante del fútbol".
El retiro. Tanto que Dubois se vio obligado a dejar la actividad, hace casi tres años, porque no pudo "costearse" una operación de rodilla por una rotura de ligamentos cruzados, mientras actuaba para Victoriano Arenas, su última institución. Es que ni el club de Valentín Alsina ni Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA) se hicieron cargo de la intervención quirúrgica.
Además, el infortunado futbolista se erigió en un genuino representante de la denominada "cultura del ascenso": la de aquellos jugadores que actúan, tal como se dice, por el "sándwich y la Coca Cola", aún a costa de las presiones que pudiere recibir.
Un ejemplo de ello ocurrió a mediados del ´95, cuando defendía la camiseta de Lugano. Por ese entonces, una empresa auspiciaba a la entidad de Tapiales y prometía abonarle 40 pesos por partido ganado a cada uno de sus jugadores.
El elenco bonaerense había alcanzado tres triunfos consecutivos y cuando se aprestaba a disputar el cuarto partido, Dubois adoptó una postura singular, en la que puso en evidencia sus ideales, tal como después le comentó a su amigo, el periodista Marcelo Massarino.
"Como no nos habían pagado decidí llevarme una cinta aisladora negra para taparme la publicidad de la camiseta. Pero justo en ese partido (frente a Acassuso, en Boulogne) me la olvidé. Y entonces, como había llovido, apenas salimos a la cancha hice como que me persignaba, agarré barro y me tapé la publicidad", dijo.
"La camiseta naranja quedó toda cubierta por el barro. El sponsor se "cagaba de risa" de nosotros y no nos pagaba. Yo, con esa guita, viajaba", relató para argumentar el porqué de su rebeldía.
O cuando denunció a un dirigente de Juventud Unida (Juan José Castro), mientras jugaba para Victoriano Arenas, que supuestamente le había ofrecido dinero "para perder, para que ellos ganasen y para que él entrara en una reelección en el municipio de San Miguel. Una rata inmunda", apuntó.
Esa y muchas otras historias le valieron enojos y fastidio de directivos y entrenadores que no entendían su comportamiento. Pero a la vez le permitieron lograr reconocimiento de muchos pares, parte del periodismo y de diversos foros de hinchas, como el que suele ingresar en el sitio "En una baldosa", que lo había adoptado como una suerte de símbolo de futbolista del ascenso.
Desde Ayacucho, Argentina, un humilde homenaje a esa gran protagonista del juego traducido en cuentos, frases y anécdotas.
Sabiamente la definió el viejo maestro Ángel Tulio Zoff, "lo más viejo y a su vez lo más importante del fútbol".
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