6 de marzo de 2008


Hablame de Europa, de Francia. ¿Qué hacía un tipo como vos en un lugar como ese?

-Al segundo día se quería ir -dice Mónica, su esposa-.

-Sí, me quería ir.

-¿Qué pasaba?

-Encontré todo, cómo te lo digo, frío, eso es. Ordenado, demasiado prolijo, demasiado bajo control. No me enamoré a primera vista.

-Dame un ejemplo.

-Por decirte algo, hay en Lyon un club, "El Club de los Cien". Son hinchas del club y gente que pone plata para estar cerca. Cholulos, ¿viste? Bueno, era lo mismo que ganáramos o perdiéramos por goleada. Siempre el mismo agasajo, la misma comida, la misma conversación. ¿Te das cuenta? Acá si ganas todos contentos. Pero si perdés, 6 a 1, como perdimos nosotros con el Olimpyque de Marsella, el del Bernard Tapie, donde jugaban Jean-Píerre Papin, y otros genios, tenés que salir en un celular para que no te maten. Es otra historia. Como si les diera lo mismo ganar que perder. Es difícil meterse en eso.

-Pero te metiste. Y no te fue mal.

-No, me fue bien. Hice bastantes goles. Compraron a Kabongo, un jugador de Zaire, y nos entendíamos mucho. Era negro, por supuesto. Azul, de tan, tan negro, aquel Kabongo.

-¿Te peleaste con alguien en Lyon?

-Lo mandé al diablo a Lacombe, el manager. Era un pesado y un déspota. No lo aguanté, de ahí en adelante me sacó, me dejó sin jugar y me hizo todo tipo de porquerías para que me cansara y me fuera, dejándole el cupo a otro extranjero. Hay mucha gente así, ya se sabe.

(CLAUDIO “Turco” GARCÍA, ex futbolista argentino, rememorando su paso por Francia en revista “El Gráfico” Nº 3833 del 23 de Marzo de 1993)

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