13 de marzo de 2008


Ariel Ortega evoca aquel famoso cabezazo contra el arquero holandés Van del Saar en los octavos de final Mundial de Francia que le costara la inmediata expulsión: “En esa jugada yo fui un gil y él un vivo”, admite.
Y cuenta que para cometer esa “gilada” le pasó por la cabeza “el penal que no me habían cobrado”. Por eso es que cuando el arquero llegó corriendo “yo me levanté y lo toqué con la cabeza”.
El jujeño admite que cuando el árbitro “me sacó la tarjeta roja y me iba para los vestuarios, tenía ganas de pedirle que me perdonara, de prometerle que nunca más lo iba a hacer”.
En esa jornada, el equipo argentino dirigido por Passarella fue eliminado del Mundial del ’98.

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