9 de febrero de 2008

¿Dónde está la perfección de Dios? (Adaptación: Mirta Pedalino - Argentina)


* Cuento infantil

Algunos niños no concurren a escuelas comunes. Por alguna razón nacen con una capacidad de aprendizaje más lenta que los demás.
Ellos concurren a escuelas especializadas, donde son ayudados hasta que alcanzan el nivel de los otros niños. A veces lo logran y otras no. Los que no alcanzan el nivel se quedan en estas escuelas, mientras que los más aventajados pueden ser enviados a escuelas convencionales.
En una cena que se realizó en una escuela especial, estaba el padre de uno de los niños preparando un discurso, que jamás olvidarían
Después de la cena, todos los presentes, entre los que se hallaban, profesores, ayudantes y padres de todos los alumnos, se dispusieron a escuchar.
El hombre se levantó, miró a los presentes y dijo:
-¿Dónde está la perfección, en mi hijo Sebastián? Todo lo que Dios hace, está hecho a la perfección. Pero mi hijo no puede comprender cosas que otros niños, si entienden. Mi hijo no puede recordar hechos y figuras que otros niños si recuerdan.
¿Dónde está la perfección de Dios?

La audiencia quedó sorprendida ante esta pregunta, viendo la cara angustiada del padre, y murmurando entre ellos.
-Yo creo -continuó diciendo el padre- que cuando Dios nos brinda un niño así al Mundo, la perfección de Él, está en la forma de reaccionar de la gente ante estos niños.
Contó entonces la siguiente historia acerca de su hijo Sebastián.
Una tarde, Sebastián y su padre paseaban por el parque, donde algunos niños estaban jugando fútbol.
-¿Crees que ellos me dejen jugar?- preguntó Sebastián
El padre sabía que su hijo no era para nada un atleta y que los niños no lo querrían a él en su equipo.
Pero pensó que Sebastián, quería sentirse parte de un equipo de “normales”. Entonces llamó a uno de los niños y le preguntó si lo dejarían jugar.
El chico miró a sus compañeros de equipo sin obtener respuesta alguna de ellos. Tomó él la decisión y dijo:
-Estamos perdiendo 1 a 0, y el partido está a punto de terminar. Son muy buenos, es muy difícil que podamos empatar. Lo dejaremos avanzar hacia el área y le haremos algunos pases hasta que el referí dé el pitazo final.
El padre estaba atónito ante la respuesta del chico y Sebastián sonreía satisfecho.
El equipo avanzó hacia el campo contrario, cerca del área le hicieron el pase a Sebastián que avanzó confiado hacia el arco.
Uno de los defensores apenas rozó a Sebastián, entonces el referí le otorgó un penal.
Colocaron la pelota, y todos los chicos, de los dos equipos, alentaron a Sebastián para que pateara fuerte. Así lo hizo, el arquero premeditadamente se arrojó hacia el otro lado.
Todos los chicos lo alzaron en hombros y lo hicieron sentir un héroe, Sebastián logró empatar el juego para su equipo.
-Aquel día -dijo el padre de Sebastián, con lágrimas rodando por sus mejillas- esos 22 niños mostraron con un gran nivel, la Perfección de Dios. Es curioso como gente simple y normal nos muestra lo maravilloso que es vivir en Dios y con Dios. Es curioso como tantas veces estamos preocupados por lo que las personas piensan de nosotros, en vez de preocuparnos acerca de lo que Dios piensa de nosotros.

1 comentario:

  1. Gracias por tu visita!!
    Será un gusto intercambiar links contigo, solo dame unos días pues ando muy complicado con algunas cuestiones personales.
    Además será un gusto visitar tu sitio.
    Esto es muy lindo, pero... lleva su tiempo.
    Un abrazo cordial.

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