29 de febrero de 2008


De las andanzas de Enrique Omar Sívori por Nápoles, se recuerda aquella que protagonizó con un periodista que criticaba al técnico argentino Bruno Pesaola y al que, por eso, Enrique se la tenía jurada. Un día que Pesaola, Sívori y Altafini charlaban en la concentración napolitana, se sumó a la rueda el citado informador. En determinado momento Sívori comentó que “con ese jugador el Nápoli será imparable”, mientras Pesaola y Altafini –advertidos de lo que preparaba el Cabezón- abandonaron el lugar. El periodista, saboreando la súper primicia, rogó a Sívori que le dijera quién iba a comprar el Nápoli. El argentino, después de hacerse rogar, le dijo: “Está bien, pero no digas que yo te pasé la información, se trata de José Paparulo”.
A la mañana siguiente el diario napolitano tituló a seis columnas: ¡“Nápoli compra a Paparulo”!
El periodista casi termina en la calle.

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