Viajamos en el tiempo y nos situamos en el clásico rosarino del 19 de Diciembre de 1971. Por una de la semifinales del campeonato argentino se enfrentan los acérrimos rivales del fútbol de la ciudad de Rosario, Newell´s Old Boys y Rosario Central, los leprosos contra los canallas, el encuentro se celebra ante grandes medidas de seguridad y al ser a partido único se celebra en la cancha de River Plate en Buenos Aires.
El partido se encuentra 0-0 y está muy abierto aunque parece que los de Ñuls controlan un poco más el partido. A falta de cinco minutos para el final del partido, un centro del jugador uruguayo Jorge González, de Rosario Central desde la banda es rematado en “palomita” por Aldo Pedro Poy delantero “canalla” y el balón roza a un defensor de Newell´s , Ricardo De Rienzo, el gran protagonista de la historia, y bate al arquero Fenoy de Newell´s.
El partido termina, Central vence a su máximo rival y se clasifica para la final del campeonato, eliminando de esa manera a su tradicional adversario.
Al día siguiente, domingo, los equipos regresan desde Buenos Aires hasta Rosario. De vuelta a casa el jugador De Rienzo, aquel que desvió el balón en el tanto de Poy, sufre fuertes dolores abdominales, cerca de donde le había rozado el remate de Poy.
De Rienzo fue hospitalizado y se le diagnosticó apendicitis, siendo operado de urgencia en el hospital de Rosario.
Cuando uno es operado, en el 99 % de los casos, lo que a uno le extraen se mete en una gasa y se quema en el horno patológico con todo lo que se utilizó en la operación que no se utilizará más, pero, en este caso, no sucedió así…
Sucede que cuando De Rienzo llegó al hospital fue atendido por varios médicos, pero cuando ya lo iban a operar sólo había un cirujano disponible para la operación, que, quiso el destino, era hincha furioso de Rosario Central y además miembro de la OCAL (Organización Canalla para América Latina) fundada por hinchas de Central y que solo tiene como motivo de existir el burlarse del clásico rival.
El cirujano operó al jugador de Newell´s. De Rienzo salió satisfactoriamente de la intervención, aunque después de extraerle la apéndice vino realmente la operación. El cirujano advirtió que tenía a su merced al jugador que rozó el balón que remató Poy para batir al máximo rival y se le ocurrió algo muy curioso, no tirar el apéndice extraído a la basura, para ser quemado posteriormente, sino que lo tomó y lo metió en un frasco de formol para que se mantuviese en buen estado de conservación y se lo llevó del hospital.
Hoy el apéndice de De Rienzo descansa en la sede de la OCAL, en un frasco de formol (ver foto), para ellos fue el gran trofeo que consiguieron en 1971, y lo guardan en una de sus vitrinas .
La OCAL, que antes se hacía llamar -cuando se formó a mediados de los 60- “Organización Canalla Anti Lepra”, con el tiempo pasó a denominarse organización canalla para América Latina, aunque en sus inicios su idea era tratar de destruir a Newell´s, ahora en su Museo descansa el apéndice de De Rienzo, una de las más divertidas y curiosas anécdotas de los grandes clásicos del futbol mundial.
Desde Ayacucho, Argentina, un humilde homenaje a esa gran protagonista del juego traducido en cuentos, frases y anécdotas.
Sabiamente la definió el viejo maestro Ángel Tulio Zoff, "lo más viejo y a su vez lo más importante del fútbol".
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