Prosinecki era asombroso. Se fumaba unos 40 cigarrillos al día. Eran Marlboro rojos, no aptos para corazones débiles. No corría mucho -en realidad, no podía-, pero era un jugador fantástico.
(PETER CROUCH, jugador británico, ex-compañero del croata Robert Prosinecki, durante 1999 en el Portsmouth inglés)
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