conquiste su corazón y llene su mente
que tal como nos alegra una pelota
sea capaz de dejarnos el alma rota.
Es un gran juego y un gran deporte
alzado a la más alta competición
donde la derrota se acepta con buen porte
y la victoria se espera con ilusión
cuando el extremo dribla de un recorte
que hace vibrar a toda la afición.
Pero tiene el fútbol una mayor grandeza
que no se puede apreciar por televisión
que se descubre cuando vencemos la pereza
y nos vestimos con el corto pantalón
donde no se ve ningún hincha que reza
y se cuenta hasta el precio del balón
y luego en el bar hay que pagar la cerveza
porque a nosotros no nos invita el patrón.
¡Viva el fútbol!
(Agradezco a mi amigo, catalán de pura cepa, el permitirme compartir este cuento con todos ustedes. Muchas gracias Jordi!!)
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