
Una vez lo corrí al "Pájaro" Domizi por toda la cancha, no bien terminó un Boca-Newell's. El pendejo empezó a joderme. Y cuando terminó el partido, lo salí a correr. No lo pude agarrar, viste lo que era: una liebre. Pero, ojo, después lo agarré en México, a los dos años. Él en Atlas y yo en el Toluca. Lo quería matar. “No te enojes, somos todos argentinos”, me decía. Qué piola… (BLAS GIUNTA, recordando un "conflicto" con el ex leproso)
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