17 de octubre de 2007

Recuerdos finales (tributo a Antonio Puerta)


(1) Un rival entró por mi banda. Dio un pase en profundidad a mi espalda. Quise cubrir el espacio, pero no pude, me había entrado un mareo, un dolor de pecho, algo inexplicable. Por suerte el balón salió fuera, entonces me agaché y se oscureció mi visión. De repente estaba rodeado por Palop, Drago, el preparador y su ayudante. Supuse que había perdido la conciencia. ¡Qué fastidio! Tenía que dejar al equipo en una situación complicada. En fin, tenía que ponerme en las manos del doctor, que es el que sabe.
Mientras dejaba el campo, muchas cosas me pasaban por la mente…

(2) Habíamos iniciado la nueva temporada de la mejor manera: con el capitán Martí levantando un trofeo. Es que antes de empezar la Liga ya habíamos conquistado la Supercopa de España. Pero comenzó el partido y a los dos minutos de juego el Getafe nos recordó que nunca se gana sin darlo todo: Pablo la clavó en nuestra escuadra en un tiro de falta. Estábamos atrás y tendríamos que sudar, como otras veces...

(3) En las dos últimas temporadas el equipo había estado en la gloria. En un año ganamos la Copa UEFA, torneo más importante de la historia del club; mi gol en semifinales fue mi más valioso aporte y, quizás, el más recordado por la afición, por ser en el momento más apurado de la competición. Pero el año siguiente nos superamos. Empezamos conquistando la Supercopa Europea aplastando al Barcelona. Conquistamos una Copa del Rey después de casi 60 años. Y coronamos con un nuevo título de la UEFA, una conquista sudada, que llegó apenas en los penales. ¡Qué recuerdos!

(4) Yo había visto hoy, entre la hinchada, una pancarta que decía: "Puerta, tu club de fans siempre contigo". No se trataba simplemente del apoyo que el equipo tiene de su afición. Era un apoyo hacia mi persona (otro cantar eran las pancartas para Alves, ojalá el partido sirviera para calmar los ánimos). Y la verdad es que esto me daba empuje para correr, para disputar cada pelota, luchar para dar vuelta en cada situación adversa. Aunque no siempre se puede, somos humanos.

(5) Recuerdo que comenzamos a buscar el gol, pero el partido estaba particularmente difícil. El rival de esta noche, Getafe, endureció el partido. Uno de los suyos, Sousa, fue expulsado tras ver dos amarillas en un minuto. En aquel momento pensé que el partido debería mejorar en los minutos siguientes, pero no fue así -especialmente para mí-.

(6) Dije una vez que sería sevillista hasta la muerte. Esto no significa apenas mi deseo de permanecer siempre en él. Significa que disfrutaré cada nuevo triunfo con el equipo como disfruté los demás, buscando poner mi nombre en su historia. Significa que en los momentos más complicados mostraría mi amor por mi club. Yo no temblaba ante la derrota, mi deseo de superación crecía y de esta manera estaba jugando hoy.

(Texto cúbico escrito por Jordi Gómez (España) y Manoel Castanho (Brasil) de modo tal que los seis párrafos sean leídos en cualquier orden)

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