20 de octubre de 2007


Los intelectuales detestan el fútbol. De alguna manera es comprensible si se tiene en cuenta la dicotomía entre mente y cuerpo, que en la sociedad intelectual sigue siendo muy marcada. Entonces pareciera que el que piensa está peleado con el cuerpo, así como el que usa el cuerpo desdeña el pensamiento. No ha habido ni habrá una pasión verdadera por el fútbol ni entre los escritores ni entre los pintores. Por ahí, sí, eso se da con los músicos populares. Ellos unen la cosa popular porque conviven más con la problemática de la gente de la calle. Nadie va a encontrar a un intelectual que vaya a un baile. ¡Qué sé yo! La cosa se pone complicada para un intelectual en cualquier lugar donde se junten más de cinco personas.

(OSVALDO SORIANO, escritor argentino en charla con Eduardo Rafael, Julio de 1991)

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