En 1928 el FC Barcelona y el Real Sociedad jugaron en Santander la final de la Copa de España. Fue un duelo épico, pues hubo que disputar tres partidos para decidir el campeón (por aquellos años no había penales ni prórrogas). En el partido decisivo, el húngaro Franz Platko (foto), portero del Barcelona, se convirtió en héroe al detener varios goles marcados estando en malas condiciones físicas.
El poeta Rafael Alberti, que vio el partido, contó impresionado como el guardameta "fue acometido furiosamente por los de la Real y quedó ensangrentado, sin sentido, pero con el balón entre los brazos... Luego reapareció, vendada la cabeza, fuerte y hermoso, decidido a dejarse matar".
Los catalanes ganaron la Copa y Alberti escribió su "Oda a Platko".
Oda a Platko (Rafael Alberti, España, 1902-1999)
Que frente a ti saltaba sin poder defenderte.
Ni la lluvia, ni el viento, que era el que más rugía.
Ni el mar, ni el viento, Platko,
rubio Platko de sangre,
Guardameta en polvo,
Pararrayos.
No, nadie, nadie, nadie,
Camisetas azules y blancas, sobre el aire.
camisetas reales,
contrarias, contra ti, volando y arrastrándote.
Platko, Platko lejano,
rubio Platko tronchado,
tigre ardiente en la hierba de otro país,
¡Tú, llave, Platko, tú llave rota,
llave áurea caída ante el pórtico áureo!
No, nadie, nadie, nadie,
nadie se olvida, Platko
volvió su espalda el cielo.
Camisetas azules y granas flamearon,
apagadas, sin viento
El mar, vueltos los ojos,
se tumbó y nada dijo.
Sangrando en los ojales,
sangrando por ti, Platko,
por tu sangre de Hungría,
sin tu sangre, tu impulso, tu parada, tu salto
temieron las insignias.
No, nadie, Platko, nadie,
nadie se olvida.
Fue la vuelta del mar
fueron diez rápidas banderas
incendiadas sin freno.
Fue la vuelta del viento.
La vuelta al corazón de la esperanza
Fue tu vuelta.
Azul heroico y grana
mando el aire en las venas
Alas, alas celestes y blancas,
rotas alas, combatidas, sin
plumas, encalaron la hierba.
Y el aire tuvo piernas,
tronco, brazos, cabeza.
!Y todo por ti Platko,
rubio Platko de Hungría!
Y en tu honor, por tu vuelta,
porque volviste el pulso perdido a la pelea,
en el arco contrario al viento abrió una brecha.
Nadie, nadie, se olvida.
El cielo, el mar, la lluvia lo recuerdan.
Las insignias.
Las doradas insignias, flores de los ojales,
cerradas, por ti abiertas.
No nadie, nadie, nadie,
nadie se olvida, Platko.
Ni el final: tu salida,
oso rubio de sangre,
desmayada bandera en hombros por el campo.
!Oh Platko, Platko, Platko
tú tan lejos de Hungría!
¿Qué mar hubiera sido capaz de no llorarte?
Nadie, nadie se olvida,
no nadie, nadie, nadie.
Pero el gaditano no fue el único poeta que estuvo en ese día en la grada. Rafael Celaya, hincha del equipo donostiarra, vio las cosas de manera bien diferente y lo contó en su "Contraoda del poeta de la Real Sociedad", convencido de que el triunfo barcelonista se había producido gracias a la ayuda del árbitro.
La devoción de Celaya a la Real fue correspondida cuando, a su muerte, los jugadores de San Sebastián portaron brazaletes negros durante un partido contra el Athletic de Bilbao.
Contraoda del poeta de la Real Sociedad (Gabriel Celaya, España, 1911-1991)
en aquellos partidos frente al Barcelona
que si nos ganó, no fue gracias a Platko
sino por diez penaltis claros que nos robaron.
Camisolas azules y blancas volaban
al aire, felices, como pájaros libres,
asaltaban la meta defendida con furia
y nada pudo entonces toda la inteligencia
y el despliegue de los donostiarras
que luchaban entonces contra la rabia ciega
y el barro, y las patadas, y un árbitro comprado.
Todos lo recordamos y quizá más que tu,
mi querido Alberti, lo recuerdo yo,
porque yo estaba allí, porque vi lo que vi,
lo que tú has olvidado, pero nosotros siempre
recordamos: ganamos. En buena ley, ganamos
y hay algo que no cambian los falsos resultados.
1 comentario:
poesía social, que lucha contra las injusticias, Celaya "ingeniero del verso y un obrero...", como no podía ser de otra forma escribiendole a la Real. El equipo que llegó a ser el mas grande entre los pequeños y el mas pequeño entre los grandes. Aquellos tiempos pasados volveran, estan llegando...
GOAZEN ERREALA...GOAZEN TXAPELDUN!!
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